El nacimiento de la Fotografía a Color

Cuando la fotografía fue inventada en 1839, era un medio blanco y negro, y permaneció de esa manera por casi cien años. La fotografía entonces era un proceso frágil, exhaustivo y caro. Para practicar, los fotógrafos necesitaban mucho dinero y tiempo extra, o un patrocinador.

En ese período, el avance tecnológico de la fotografía se enfocaba, no en lograr fotografías de color, sino que en hacer mejores en los aspectos ópticos, químicos y prácticos de la fotografía. Para muchos, la meta era hacer que la fotografía fuera más adecuada para los retratos—su aplicación más deseada. Para eso, la tecnología de la fotografía necesitaba ser más estaba, portátil y asequible, no más colorida.

Pero las personas querían fotografías a color. (Los retratos antes de la fotografía eran las pinturas—totalmente a colores.) Para 1880, una vez que los obstáculos técnicos se habían superado, los fotógrafos de retratos comenzaron a experimentar con color. Se empleaban artistas que le daban color (a mano) a los daguerrotipos y calotipos de los fotógrafos

Los fotógrafos británicos introdujeron el colorear las fotos a mano a los japoneses, donde la práctica se extendió y los artistas japoneses mejoraron la técnica. El coloreado a mano fino y delicado se volvió una característica definitiva de la fotografía turística de Japón, los resultados del mismo fueron tomados al Occidente, influenciando el arte de coloreado a mano.

La técnica popular persistió en Europa y las américas hasta veinte años luego, cuando las placas autocromas llegaron. En Japón, el coloreado a mano duró otros veinte años más.

Hand colored photograph of a Japanese boat on the water

Inventado en Francia en 1907 por Auhuste and Louis Lumiere, el autocromo fue el primer proceso generalmente práctico de la fotografía a color. Los autocromos eran hermosos, pero el proceso era difícil. Los autocromos requerían más tiempos de exposición que el proceso de su contemporáneo en blanco y negro. El proceso también era aditivo: el resultado era una transparencia de color positivo que podría ser vista en contra de una luz de fondo o como imagen proyectada. La fotografía a color se había convertido una alternativa posible, pero tecnologías para mejorar el color se necesitaban.

Autochrome of a man and woman sitting on a bench in a garden


Entran las películas de Kodachrome. En 1935, mientras trabaja en los Laboratorios de Investigación de Kodak, Leopold Godowsky Jr. y Leopold Mannes entraron en la era moderna de fotografía a color, inventando el kodachrome, una película de color positivo (o "diapositiva") producida con un proceso substractivo de fotografía a color. Los acopladores colorantes fueron añadidos durante el proceso, requiriendo que la película fuera procesada por un laboratorio especialmente equipado, pero la ausencia de acopladores colorantes en la emulsión suponía que la película capturaba detalles finos. Kodachrome se convirtió reconocida por sus tonos cálidos y nitidez, haciéndola popular y la película de preferencia por 70 años, a pesar de su proceso complejo.

En 1936, solo un año después de la invención del Kodachrome, la Compañía Agfa en Alemania creó el proceso negativo-positivo Agfacolor. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial evitó su lanzamiento hasta 1949. Mientras tanto, en 1942, Kodak lanzó su película positivo-negativo,, Kodacolor. Dentro de veinte años, luego de mejoras en la calidad, velocidad, y precio, Kodacolor se convirtió en la película más popular entre los fotógrafos amateur.

1950s woman dressed in skirt sweater and jewellery sitting on a cot in a prison cell playing cards
La mujer en la celda, jugando solitario. Imagen Kodachrome por Nickolas Muray, ca. 1950. Imagen por cortesía de George Eastman Museum.

Con el advenimiento de la película a color, las posibilidades creativas de la fotografía se han expandido. Eliot Porter, fotógrafo estadounidense, creó fotografías de pájaros y de la naturaleza con matiz de color improcedente; sus imágenes fueron premiadas por logro científico y estético. El fotógrafo Australiano Ernst Haas fue el primero en traer la fotografía de color al periodismo: publicado por la reviste Life, su serie, Nueva York, retrató la vida día a día de manera extraordinaria. Aún así, a pesar de estos avances emocionantes, tomaría décadas para que la fotografía a color prevaleciera y los periódicos la incorporaran.

Luego de la guerra, la fotografía a color llegó a un punto comercial, cultural, y tecnológico, y floreció por muchas décadas. La película a color mejoró y se convirtió en un medio maduro: las emulsiones fotográficas fueron más estables y precisas, una red mundial confiable de laboratorios y vendedores fue establecida, y los estándares internacionales fueron un éxito. Para los profesionales, los resultados de alta calidad fueron posibles con las películas de color moderno.

Las películas de color, especialmente la película de color negativo, fue un medio que perdonaba a los novatos y fotógrafos casuales (una nueva categoría de fotógrafos). Las imágenes a color se convirtieron no solo en algo para los científicos, técnicos, artistas y anunciantes, pero, increíblemente algo fácil y asequible para muchas personas. Cada clase de cámara, desde aquellas cámaras desechables que venden en la farmacia hasta aquellas con ópticos de alto rendimiento especializado, fueron disponibles. Las personas en este período encontraron toda clase de uso para la película de color, grabando todo, desde vacaciones en la playa hasta las primeras imágenes de color de la tierra tomadas desde el espacio.

Astronaut on the moon beside the American flag and space vehicles
El astronauta James Irwin da un saludo al lado de la bandera de Estados Unidos durante actividad extra-vehicular en la luna (EVA). Imagen Ektacolor  por NASA, 1971. Cortesía de George Eastman Museum.

Como un medio de arte fino, la fotografía a color fue lentamente traída al redil. Avances notables fueron hechos por Ernst Haas, quien cerró la brecha entre la fotografía periodística pura y la fotografía usando fotografía a color como un medio creativo y expresivo. Como se mencionó, Life (y Vogue) habían publicado fotoperiodismo a color, y en 1962, el Museo de Arte Moderno perfiló a Hass en su primera exhibición de fotografía a color.

Fue más de una década más tarde cuando el Museo de Arte Moderno exhibió las fotografías a color de William Eggleston. Eggleston había sido introducido a la fotografía a color por el escultor, pintor y fotógrafo estadounidense William Christenberry—otro fotógrafo que deliberadamente usaba fotografía a color como un medio de expresión. El interés particular de Egglestone fue en usar impresión de transferencia de tintes, un método ampliamente usado para materiales de publicidad. Eggleston fue atraído a los colores ricos y profundos que el podía crear con dicha técnica. Aunque la exhibición de Eggleston no fue la primera presentación de fotografía a color, señaló el rival de la fotografía a color y fue acreditado con legitimación de fotografía a color en el mundo del arte fino.

Otros cuerpos significantes de fotografía a color de arte fino surgieron después: Las imágenes de interiores de la fotógrafa alemana Candida Hofer y Desert Cantos de Richard Misrach, comenzaron en 1979; Falkland Road: Prostitutes of Bombay de Mary Ellen Mark (1981); Dulce Sudor Amargo del fotógrafo Brasileño Miguel Rio y Ballad of Sexual Dependency de Nan Goldin (en 1985); Subway de Bruce Davidson y Hot Light/Half-Made Worlds: Photographs from the Tropics de Alex Webb (en 19986); y los trabajos de Barbara Norfleet, Joel Meyerowitz, Stephen Shore, Barbara Kasten, y Franco Fontana, todos de los cuales también usaron fotografía a color con expresión extraordinaria durante este período.

Desde entonces, la apreciación estética por la fotografía a color fue solidificada en la comunidad de arte fino, abriendo la puerta a un número impredecible de fotógrafos de arte fino, prefiriendo un trabajo en color. 

Ahora, por supuesto, no hay debates acerca de la legitimidad de mostrar las noticias en color.

Cuando la fotografía digital llegó, también presentó obstáculos técnicos que impedían su adopción amplia. Así como la fotografía a color, resolver esos problemas creó nuevas oportunidades para los fotógrafos y las editoriales. Notablemente, la fotografía digital sobrepasó a la fotografía a color.

Aunque se ha tenido imágenes a color desde el comienzo de la fotografía a través del tinte a mano, para la mayoría de las personas, el blanco y negro era el estándar y el color era una elección de estética. Pero eso cambió con la fotografía digital. Las imágenes en blanco y negro digitales son tomadas a color primero, lo que significa que, en el mundo digital, el color es el estándar, y el blanco y negro una elección.

La fotografía digital también facilita trabajar en color eliminando la necesitad de lidiar con películas de color múltiple para cada situación de iluminación. Al contrario, el balance de blanco está puesto en la cámara más que la película de elección. No teniendo que comprar películas a color o pagar para procesar, ha disminuido los costos de la fotografía a color. El resultado es que la fotografía a color es ahora más accesible y más ampliamente usada que nunca, una experiencia cultural casi universal como nunca lo fue.

Interesantemente, muchas cámaras digitales, incluso las de alto costos, producen calidad de color inferior. Mientras que el color digital ha mejorado recientemente (especialmente en dispositivos de alta gama), es perfecto para muchas personas. Por ejemplo, las cámaras digitales inicialmente asignan un color pálido gris-salmón a muchos tonos de piel de las personas. Aún estamos en el borde de la transición a la fotografía digital, así que es muy posible que las personas que toman fotos con sus teléfonos inteligentes continúen para que obtengan un mejor color.

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